La crisis de escasez de agua de Nuevo León ha dejado al país impactado, sin embargo, en Sinaloa, la comparativa con dicho estado está provocando en la sociedad un falso sentido de seguridad que minimiza los impactos negativos del cambio climático y las acciones productivas en Sinaloa, pues a simple vista podría parecer que nos encontramos muy lejos de ese escenario.
De acuerdo con un artículo publicado por la BBC News Mundo (Brookes, 2022), además de la falta de precipitación el problema regiomontano apunta al abuso de concesiones de agua a empresas privadas, que extraen 1.600 litros por segundo, según informes de la Secretaría del Medio Ambiente y la Comisión Nacional del Agua.
En ese sentido, informes del Registro Público de Derechos de Agua (2019) citados en el reportaje “Los explotadores del agua” (González, Cerbón, Serrano et al, 2020), realizado por la asociación Mexicanos en Contra de la Corrupción y la Impunidad, señalan que en Sinaloa existen alrededor 7 mil concesiones de agua, equivalentes a 711 millones 200 mil metros cúbicos, que representan el mismo volumen de 508 pirámides del Sol.
Esto no difiere mucho del caso regiomontano y sus cerca de 10 mil concesiones, equivalentes a 844 millones 200 mil metros cúbicos. Sin embargo, mientras que en Nuevo León,11 empresas y particulares cuentan con 220 tomas subterráneas que extraen alrededor del 6.8% del agua, en Sinaloa ese mismo número de empresas y particulares extrae el 8.3% del agua concesionada a través de sólo 57 tomas subterráneas y 4 tomas superficiales.
Efectivamente, es posible que Sinaloa sea el estado con el mayor volumen de agua almacenada, como se anuncio en algunos medios, pero esto no significa que sea suficiente para cubrir las necesidades de un estado en el que el 94% del agua que tiene disponible se emplea en agricultura, del cual se estima que se desperdicia el 57% por evaporación, pero sobre todo, por infraestructura de riego ineficiente, en mal estado u obsoleta. Es decir, estamos derrochamos un recurso que cada vez es más escaso, principalmente por su mal manejo.
Además, la reducción en la precipitación pluvial será de -10% a -20% en los próximos 17 años (IMTA, 2015)y será aún mayor en los años siguientes. Frente a esto, aún no estamos haciendo nada por incrementar la captación de agua en la cuenca y por hacer un uso eficiente del agua que tenemos.
En Mazatlán, tenemos serios problemas de infraestructura verde que dificultan o impiden la captación de agua efectiva. De acuerdo con los estudios realizados por Conselva, tan sólo en la subcuenca Presidio, el 59% de la superficie tiene suelos degradados y el 22% de la cobertura vegetal está en riesgo.
La degradación de la infraestructura verde, aunado a la reducción en la precipitación y la falta de control en la extracción de agua, han ocasionado que la disponibilidad de agua superficial del río Presidio se haya disminuido un 56% en los últimos 10 años (DOF, 21/09/2020), lo cual ya es muy grave. La otra única fuente de agua que tenemos es el acuífero, el cual está vedado desde 1962, y a pesar de ello se provocó su sobrexplotación en tan sólo cuatro años, en los que la disponibilidad media anual de su acuífero se redujo 182% (DOF, 21/09/2020). En síntesis, cada vez menos agua está llegando a la presa Picachos y el acuífero está sobreexplotado. No tenemos otra fuente de agua.
De continuar así, es evidente que podremos llegara vivir una crisis similar a la que se está viviendo en Nuevo León, ya que la crisis que atraviesa no sucedió de la noche a la mañana, sino que hubo advertencias respecto al extenso número de concesiones y la degradación de su cuenca, y el gobierno, en todos sus niveles, ignoró el llamado.
Para evitar llegar al día cero como Nuevo León, es urgente convertir la precipitación en lluvia efectiva, es decir que recarga el manto freático y que forma ríos. Para lograrlo se necesita proteger y restaurar la infraestructura verde -que son el suelo y la vegetación- que es la única infraestructura en el mundo capaz de convertir la lluvia en acuífero y río. Sin infraestructura verde, la lluvia solo generará arroyos de lodo que no recargan el acuífero y que azolvan río, esteros y presas.
Bibliografía:
Brookes, D. (2022). “A Monterrey le llegó el día cero”: la grave crisis de falta de agua que vive la segunda ciudad más poblada de México. BBC News Mundo. Obtenido de https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-61917457
González, J; Cerbón, M; Serrano Íñiguez, S; Menchaca, A; Mayorga, P; Sánchez, A; Martínez, P; y Gómez Durán, T. (2020). Los Explotadores del Agua. Mexicanos Contra la Corrupción. Obtenido de https://contralacorrupcion.mx/explotadores-agua-mexico/
Comisión Nacional del Agua, (2015). Atlas del Agua en México. Conagua. Obtenido de http://www.conagua.gob.mx/CONAGUA07/Publicaciones/Publicaciones/ATLAS2015.pdf
Instituto Mexicano de Tecnología del Agua. (2015). Altas de vulnerabilidad hídrica en México ante el cambio climático. Arreguín Cortés, F; LópezPérez, M; Rodríguez López, O; y Montero Martínez, M.J. (coord). Obtenido de https://bpo.sep.gob.mx/#/recurso/526
Diario Oficial de la Federación. (21/09/2020). ACUERDO por el que se actualiza la disponibilidad media anual de las aguas nacionales superficiales de las 757 cuencas hidrológicas que comprenden las 37 Regiones Hidrológicas en que se encuentra dividido los Estados Unidos Mexicanos. Obtenido de https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5600849&fecha=21/09/2020#gsc.tab=0