#EmergenciaAgua
es una serie periodística producida por Conselva para impulsar en la agenda pública la discusión sobre la crisis hídrica y promover soluciones basadas en la naturaleza dentro de los marcos legales y sociales.
Conselva
Si en Sinaloa hacía calor, hoy hierve. Los impactos de las altas temperaturas afectan la formación de nubes, potencian incendios forestales que luego dañan cuencas y además evaporan el agua almacenada.
Y es que el aumento del calor y la escasez de lluvia son los principales impactos del cambio climático en Sinaloa. Desde 2016, las temperaturas máximas anuales superan el promedio histórico en el estado y la tendencia es hacia arriba.
En tanto que 2016, 2017 y 2023 han sido los años más calientes.
El calor va aumento: INECC
Si seguimos produciendo una economía con altas emisiones de carbono, el escenario para Sinaloa solamente se agravará más, proyecta el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático.
“Las proyecciones de la temperatura muestran en todos los escenarios de cambio climático un incremento gradual de la temperatura que va de 1.0 a 1.4ºC en el escenario más favorable, y de 1.2 a 4.6ºC en el escenario más pesimista”, advierte.
De tal manera que si hoy el promedio anual de temperatura máxima es de 33 grados, en 2040, es decir, dentro de 16 años, podría ser de 34.2 grados.
Quizá parezca poco esa proyección, pero pensemos un momento en lo siguiente: Si la temperatura de una persona aumenta 2 grados se convierte en una situación seria a la que hay que poner atención y remedio. Ocurre la fiebre y la persona enferma. El cuerpo se desequilibra, se debilita. Cae en cama, se incapacita y el médico receta medicamento para normalizar la temperatura.
Lo mismo ocurre con el planeta. Se desestabiliza. La entidad se calienta y así como en el cuerpo humano, un par de grados más de temperatura desequilibran el funcionamiento normal de los ecosistemas.
Esto sucede en un contexto global y nacional. También México rompe marca de calor cada año que pasa. El Servicio Meteorológico Nacional reporta que 2023 ha sido el año más cálido de acuerdo con el registro histórico que data de 1953.
“El promedio de la temperatura media nacional en 2023 fue de 22.7 °C, 1.3 °C por arriba del promedio climatológico 1991-2020. Este año se sumó a la tendencia que se observa desde el 2005, donde cada año ha superado la normal climatológica de referencia, además de ser el año más cálido de acuerdo con el registro histórico desde 1953”, destaca en su reporte anual.
Evaporación en presas: caso Culiacán
El aumento del calor agrava la sequía. Si de por sí no llueve, se evapora la escasa agua que almacenan las presas.
Es el caso de la presa Adolfo López Mateos que surte a Culiacán.
También conocido como El Varejonal, este embalse se alimenta de la cuenca de Río Humaya, la de mayor escurrimiento superficial natural con 1,907 millones de metros cúbicos al año, destaca la tesis doctoral Rediseño y Aplicación del Método Oficial para Determinar la Disponibilidad de Agua Superficial: Caso del Río Culiacán, México, del investigador Sergio Arturo Rentería Guevara.
Sin embargo, el comportamiento de esta presa presenta una marcada tendencia de estrés hídrico y evaporación en los tres años recientes, 2021, 2022 y 2023.
En otras palabras, la poca agua que recibe se pierde en la sobreextracción y evaporación.
Incendios forestales, en aumento
Las altas temperaturas pueden contribuir significativamente a la ocurrencia y propagación de incendios forestales. Cuando las temperaturas aumentan, el calor seca la vegetación, aumentando su inflamabilidad, explica Conselva.
Este proceso se ve agravado por la falta de humedad en el suelo y el aire, lo que puede convertir, incluso a la vegetación más verde, en material combustible.
También, advierte la organización civil, puede aumentar la probabilidad de que se produzcan tormentas eléctricas. Los rayos son una de las principales causas naturales de incendios forestales.
Además, la combinación de temperaturas elevadas, baja humedad y posibles eventos climáticos extremos crea condiciones propicias para la rápida propagación de incendios forestales, extendiendo la superficie afectada.
Y una vez ocurrido un incendio forestal, la superficie afectada no captará agua.
“Los principales impactos de los incendios forestales son a nivel de las propiedades (físico, químico y biológica) y productividad del suelo. Estos impactos se traducen en: generación de erosión, pérdida de nutrientes, disminución de la materia orgánica, alteración de la vegetación”, cita el estudio Impacto de los incendios forestales en suelo, agua, vegetación y fauna, de la Biblioteca del Congreso Nacional de Chile.
“El ciclo hidrológico de una cuenca se puede ver afectada después de un incendio forestal debido a la pérdida de vegetación, disminución de la materia orgánica y los cambios en las propiedades del suelo, las cuales causan una disminución en las tasas de infiltración, disponibilidad de agua y aumento de escurrimiento”.
En ese sentido, la Comisión Nacional Forestal ha documentado un aumento en la cantidad de incendios forestales en Sinaloa desde 2019, cuando ocurrieron 17 eventos, afectando 7 mil 850 hectáreas.
En lo que va de este año han ocurrido 20 incendios forestales con un daño de 15 mil hectáreas, principalmente en Mocorito, San Ignacio, Cosalá y Concordia, de acuerdo con la información dada a conocer por el Sistema Nacional de Información Forestal de la Comisión Nacional Forestal.
Sin embargo, en un reporte del domingo 12 de mayo, la Secretaría de Bienestar de Sinaloa informó de 30 incendios forestales de marzo a la fecha, de los cuales 27 ya fueron controlados. La afectación calculada es de 24 mil 234 hectáreas.
¿Por qué hace cada vez más calor?
El incremento de las temperaturas es causado por el efecto invernadero, el cual no es otra cosa que una especie de “techo” de carbono que evita que el calor salga del Planeta y, por el contrario, lo regresa.
La vida en la Tierra funciona con la energía del Sol. Una vez que la absorbemos o usamos se transforma en calor y se despide hacia el espacio.
Con las altas emisiones de carbono, no obstante, tanto de las industrias, los autos, aviones y otras múltiples fuentes, se ha hecho una especie de “techumbre” que impide la salida del calor y la irradia de regreso hacia nosotros.
Propuesta de Conselva
La naturaleza tiene los recursos para ayudarnos a mitigar el calor, si se usan sosteniblemente, con innovación y visión estratégica, dice Conselva.
La Adaptación Basada en Ecosistemas es, precisamente, un enfoque que utiliza la biodiversidad y los servicios ecosistémicos como parte de una estrategia integral para ayudar a las personas y comunidades a adaptarse a los impactos adversos del cambio climático.
Ciudades como Curitiba, en Brasil, han logrado disminuir los grados de temperatura con una estrategia de arborización y es que las copas frondosas de los árboles actúan como barreras naturales contra la radiación solar, expone la organización civil.
Además, la vegetación evapotranspira, es decir, absorbe agua del suelo a través de sus raíces y la liberan a la atmósfera por medio de sus hojas en forma de vapor de agua.
Este proceso enfría el aire circundante de manera similar a como funciona un sistema de aire acondicionado. Un solo árbol grande puede liberar varios cientos de litros de agua al aire por día, bajar la temperatura del viento, por lo menos 4 grados, e incrementar la humedad en alrededor de 6 unidades, demuestra el estudio Influencia del tamaño de los árboles en la mejora del microclima urbano en Viçosa-MG, Brasil.
Contrario a lo que se suele decir, este no será el verano más caluroso de nuestras vidas, porque de seguir así se tiene ya la certeza de que cada año se recrudecerá la temperatura.
Ya no hay tiempo, es momento de aplicar la Agenda Hídrica Integral para Sinaloa.
Para que el agua alcance: es indispensable implementar estrategias de Adaptación Basadas en Ecosistemas que restauren la vegetación en las cuencas y la incorporen a los espacios urbanos de manera obligatoria, a través reglamentos de construcción y otros mecanismos que aseguren la continuidad de estas medidas.